Y de nuevo llega mi cumpleaños.
Cómo me siento? tengo que reconocer que cumplir años me toca un montón. La piel cambia, los tejidos cambian. Y todavía me queda tanto por vivir… siento como el tiempo pasa y la juventud se convierte en un tesoro. UN deseo .
Pero ya ha llegado el día. La mujer amazona, luchadora, la reindicadora de sus derechos vuelve a aparecer. Y descubro cuanto he crecido y como la mujer adulta va ocupando su espacio en mi interior y esto me encanta.
Ahora empiezo a entender que mi mundo, mi forma de pensar, mis interpretaciones, mis deseos, son solo míos. El resto del mundo, los adultos de mi alrededor tienen su mundo con sus deseos, sus necesidades, sus interpretaciones. Y yo comparto con ellos un trazo de mi vida.
Hoy por ejemplo, el plan era estar en mi casa sola como muchos días corrientes de mi vida. La gente con la que quería compartir este día estaba fuera de la isla.
Y aqui es donde la interpretación es tan importante. Como adulta, puedo entender que cada uno de mis amigos tiene su vida, sus problemas, sus deseos y tal vez no coincidan con los míos. Y puedo interpretarlo como un drama y sentir que no me quieren… o puedo elegir otra interpretación, donde el amor empieza por una misma, y mis amigos pueden quererme pero tal vez sus vidas les llevan a otra parte en este momento, y para mi está bien. Mi amor a mi misma no depende de los otros Y mi amor por los otros no depende de si celebran conmigo mi cumpleaños, mi amor es mi amor por ellos.
Tengo que reconocer que he tenido algún momento de debilidad donde mi niña interior se ha sentido un poco olvidada por sus amigos, pero ha sido muy breve y esta vez la Luisa adulta enseguida ha aparecido para dar soporte y amor a la niña, para recordarle que el AMOR ES mucho más grande, y que yo estoy con ella.
Y como adulta puedo tomar la responsabilidad por lo que quiero, por cuidarme, por cubrir mis necesidades básicas, y cumplir mis deseos independientemente de los otros. Y hoy 8 de marzo de 2016 no quiero quedarme en mi casa como si fuera un día normal y corriente. Quiero hacerme un regalo y viajar otra vez.
Esta vez el destino es Barcelona. Y a primera hora de la mañana, he cogido un vuelo, un hotel, y ahora ya estoy aqui en el restaurante Carpe diem, son las 7 de la tarde, un poco pronto para cenar, pero tengo que decir que hoy realmente estoy viviendo EL DÍA INTERNACIONAL DE LUISA.
Todo ha empezado cuando he llegado al hotel. Como es un día especial he elegido un hotel muy lujoso con vistas al mar. Un hotel al que desde mi época de estudiante de odontología había querido ir. En aquella época algunas de mis amigas habían ido con sus novios y por aquel entonces yo no tenía ni el dinero ni el novio. Hoy por fin voy a a cumplir mi sueño.
Pero volvamos al tema. Llegué al hotel y al llegar me abrió la puerta un botones trajeado que en ningún momento me habló castellano. Tampoco en catalán. Me Habló en inglés. Pensé será algo de él, pero no terminó aqui, al subir al lobby, recepción, tanto para darme la bienvenida como para hacer el checking me seguían hablando en inglés. Tanto es así, que la recepcionista no sabía hablar en castellano, mucho menos en catalán. Y a mi alrededor el resto de huéspedes eran todos internacionales, ningún español.
Estaba impresionada!
LLegué a la habitación, disfruté de las vistas (estaba en el piso 28 y desde el gran ventanal podía disfrutar del mar y una nueva perspectiva de la ciudad Condal) y de los detalles de la habitación cuidados de forma exquisita.
Llamé a mi gran amiga Alicia, mi gran compañera de batallas como estudiantes de odontología y quedamos para tomar algo después de cenar sobre las 9.30.
Y a las 7 de la tarde salí a cenar fuera del hotel.
Me recomendaron el restaurante Carpe Diem y allí me dirigí. El ambiente del restaurante era exótico y también exquisito acompañado de música y vistas a la playa y siguiendo mi línea internacional: los camareros se dirigían a mi en inglés y el resto de comensales eran franceses, alemanes, rusos, ingleses… ningún español.
Disfruté de un solomillo y un te Carpe Red, empecé a escribir esta entrada y volví al hotel.
Y llegó Alicia. Lo sorprendente es que el ambiente internacional nos afectó tanto que entre risas empezamos a hablar en inglés ya en el ascensor. Subimos a la habitación y recordando nuestra época de estudiantes donde en su casa nos poníamos muy guapas para salir por la noche… falda, medias, tacones, vestidos ajustados… nos trasformamos en mujeres elegantes y sofisticadas para bajar a tomar algo en el bar del Hotel, donde como ya era costumbre nos siguieron y seguimos hablando en inglés.
Una gran velada y un gran regalo de la vida.
Allí me di cuenta de que al igual que este día ha pasado de ser el día de la mujer trabajadora a ser el día internacional de la mujer. Yo luisa, mi personaje, también ha pasado de ser una mujer guerrera y agresiva, luchadora infatigable a ser una mujer internacional disfrutando de un ambiente internacional y refinado en Barcelona.
Hasta pronto Amigos 
