Los días anteriores no he escrito mucho, en cierta forma sentía que había salido del proceso, volvía a sentirme bien, tranquila, cómoda en mi mundo…
Pero salir de un proceso a veces no es tan sencillo, y cuando creo que ya estoy fuera… vuelvo a entrar. Vuelvo a sentirme invadida por emociones demasiado intensas para seguir avanzando.
El tema con el que ahora me confronto es:
la responsabilidad de ser adulta.
La responsabilidad por las decisiones que tomo, asumir mis errores y pagar por ellos.
Os hablo de esto por una situación que he vivido hoy…
Os explico un poco más:
Yo tengo un objetivo al que quiero llegar, y a la mínima contrariedad, abandono mi objetivo, mi meta. No consigo lo que quiero y me confronto con la frustración, la rabia…etc.
Después me siento llena de rabia y enfado conmigo misma, por abandonar, por hablar demasiado, por soltar mi camino hacia el objetivo.
Ahora me cuesta respirar y siento ganas de hacerme daño, para pagar por mi error.
En cierta forma he buscado esta situación en el coaching que estoy haciendo, porque acompañada por Thomas, quiero traspasar este patrón, ser capaz de hacerlo diferente y poder llegar a mi meta, pero una y otra vez me encuentro con obstáculos y frenos. Pruebas que me testan.
Ya eres capaz de hacerlo diferente?
Y honestamente por ahora no soy capaz, He abandonado! lo he hecho igual.
Y lo peor es que me comparo con otras mujeres que se atreven a seguir y no abandonar. Ellas pagan el precio y continúan… algo que a mi me cuesta la vida…
y al final abandono!
Esta vez me duele tanto no conseguir mi objetivo que espero que el dolor me sirva para hacerlo diferente la próxima vez.
Este camino además me confronta con… esto no es un juego, si pierdes una oportunidad… la pierdes!!!!.
Mientras somos niños y adolescentes, están papi y mami para darnos seguridad, para hacer posible nuestros sueños y deseos… o no!
pero están ahí para asumir la responsabilidad.
Una vez adulta… no hay nadie para compensar mis errores. Es mi responsabilidad.
Tal vez esta situación me ayuda a tener un poco de compasión conmigo misma. Darme cuenta de mis límites y ser capaz de amarme a pesar de mis errores.
No soy perfecta y no necesto tratarme mal por mis equivocaciones.
Yo no soy otras mujeres, soy Luisa.
Y quiero amarme por como soy.
la vida es mucho más grande y llena de sorpresas y además casi siempre nos vuelve a presentar la misma situación para ayudarnos.
La lección de ahora es para mi …Aprender a confiar y a hacer un tesoro de mis errores.
Aprender a hacer alquimia emocional.
Hasta pronto!