En el año 2007 algunas circunstancias de mi vida me llevaron a iniciar un camino de búsqueda profesional y personal. Quería ampliar mi forma de trabajar, trabajar de forma más holística, más integral.
Este camino se convirtió en una experiencia de auto-descubrimiento, donde quise experimentar por mi misma cómo se sienten los pacientes cuando van al dentista.
Y así empecé mi andadura como paciente.
Durante mis visitas como paciente descubrí lo importante que es para mi sentirme vista y escuchada, sobretodo respetada.
De mi experiencia como “paciente” ha surgido la idea de crear Periodent Dona.
Cada una de nosotras es única y diferente al resto. Cada una tiene una historia particular, un pasado, unas circunstancias, unos sueños, deseos, unas necesidades…. Cada una de nosotras quiere algo diferente. Como dentista también he intentado buscar estas particularidades en los dientes.
Cada diente es único y particular y tiene unas características concretas, unas funciones y una forma diferente.
Por ejemplo, los molares son fuertes y estables . Los caninos me conectan con la vitalidad, la pasión, la guía… y los incisivos con la presentación, la sutileza, la belleza, la sensualidad. Cada uno es importante por sí mismo y juntos trabajan para que podamos comer, comunicarnos, expresarnos y compartir…
Cada diente al igual que cada uno de nosotros tiene su historia, unas circunstancias en las que creció, unas conexiones con el resto de dientes.
Desde esta visión, tratar un diente es por fin llegar a conocer al humano, al paciente conectado con este diente. Conocer un poco más las particularidades de esta mujer o hombre que le hacen único.
Con esta visión de los pacientes y los dientes, mi trabajo como dentista ha adquirido una nueva dimensión, se ha convertido en un trabajo de humano a humano. Y de esta forma, ir al dentista puede convertirse en una experiencia donde podrás conocer más sobre ti mismo, sobre tus dientes y encías.