Y aqui estoy de nuevo, sentada delante del ordenador, haciendo de mami a medio gas, mi hijo pasa por detrás de mi en dirección a su habitación. Estoy con auriculares escuchando una nueva canción de Angelin Tytôt….
https://www.youtube.com/watch?v=3g2W–ggN80
y mientras la escucho vienen a mi memoria los recuerdos de Lapland y empiezo a escribir esta entrada…
La musica me envuelve y me conecta con este país que todavía cree en los chamanes, los tambores, el fuego, la magia y los rituales.
Y allí donde la oscuridad reina más de la mitad del año fuimos a trabajar nuestras zonas oscuras acompañados de Thomas Hertlein.
Una de las cosas que más me llamaron la atención en la introducción del curso fue que la oscuridad tiene su lenguaje, un lenguaje diferente al de la luz, otro sistema de percepción, hay que activar otros sentidos, aprender a ver de forma diferente…. Aqui hay que cambiar todo nuestro sistema de referencias y tal vez aprender a confiar más en nuestra intuición, en el sentir como una forma de ver.
Y llegamos a Lapland, una casa grande, comoda y cálida nos acogía con grandes ventanales desde los que podíamos contemplar la inmensidad del cielo gris y un paisaje completamente cubierto por nieve.
La oscuridad para mi siempre representa una parte tenebrosa y escondida, una parte de nosotros que no queremos ver o que no queremos visitar. Y acompañada por el miedo y el respeto empecé el curso.
Lapland me daba la oportunidad de conectarme con mi mundo primitivo y ancestral, con unos instintos y reacciones primarias que muchas veces no he querido ver dentro de mi.
Durante el curso poco a poco fuimos entrando en el tema de nuestras creencias… las definiciones de uno mismo.
Qué definición tengo de mi misma? quien creo que soy yo?
Cual es tu definición de ti mismo/a?
Eres siempre la ganadora, la perdedora, la que siempre llega segunda, la que consigue lo que quiere, la que nunca lo consigue, la especial, la rarita, la que siempre liga?
Por ejemplo yo creo que soy guerrera y luchadora… me resulta fácil conseguir algunas cosas, pero con otras….. nunca consigo lo que quiero. Y ante el rechazo o bien actúo rechazando yo primero para no sentir que me rechazan o bien huyo, me voy, no puedo sostener la situación.
Como siempre me pasa en los cursos de Thomas…empiezo a experimentarme a mi misma y a conectarme con la definición de mi misma en un grupo. En un grupo donde hay hombres y mujeres y esta vez por la mayor cantidad de mujeres, me estudio a mi en interconexión con un grupo de mujeres…
Cual es mi posición? tengo posición? cuales son mis miedos?, con quien me alío?, con quien lucho?, porque? que me provoca?, que me afecta? quien me provoca?, quien me afecta?
Como establezco mi conexión con el resto de mujeres?
Y así empiezo a conocer un poco más sobre la definición de mi misma y mis reacciones … rechazo, lucha, celos, huida…. un montón de emociones conectadas con mi definición!
Y así fueron transcurriendo los días y Thomas nos iba guiando por el camino.
Por ejemplo recuerdo un ejercicio, nos juntamos por grupos de tres, teníamos que mirarnos todo el tiempo a los ojos, siempre mirando y sosteniendo la mirada de una o dos personas. Durante el ejercicio se fueron abriendo algunos temas… como me siento cuando nadie me mira? o cuando descubro en una mirada un montón de rechazo?
Me costó horrores mantener durante 20 minutos el ejercicio y no huir cuando siento rechazo o incomodidad… Finalmente conseguí mantenerme en el ejercicio y terminarlo, probándome que puedo sostener situaciones incómodas sin tener que huir.
Al final THomas nos dio nuevas pistas para ir haciendo el camino desde donde estamos, nuestra definición de nosotros mismos, hacia donde queremos ir…
Ir tomando conciencia y dándonos cuenta de cuantos pequeños pasos y decisiones en nuestro día a día nos muestran que somos diferentes a como creemos, como en mi caso fue hacer el ejercicio y no huir ante el sentimiento de rechazo.
Thomas también nos recordó algo muy importante para mi: la vida es el camino y no la meta, por eso para mi es importante aprender a disfrutar del camino y de nuestros pequeños cambios sin esperar a llegar a la meta para empezar a disfrutar.
Y después de varios apasionantes días en los que además de trabajo personal fuimos en motos de nieve a visitar a los Sami y cenamos acompañados por los tambores de una chamán en una cabaña rodeada de renos y nieve, terminamos el curso.
Sobreviví… exhausta! pero lo hice!
Ya de vuelta a casa…
