Hace días que intento escribir esta entrada, pero cada vez que me pongo delante del ordenador termino borrando todo lo que he escrito…
Estos días me siento sin motivación, sin entusiasmo, sin pasión… como si hubiera entrado en un valle muy profundo de añoranza, tristeza y soledad… Me siento sola y encerrada en mi mundo y…
Cómo voy a compartir esto en una entrada de blog?.
Hoy por fin he decidido escribir sobre estos temas, sobre este mundo que llamo mi cápsula.
No me gusta mi cápsula, me aburro profundamente en ella, pero en cierta forma creo que me protege, en ella no dejo que nadie se acerque suficiente a mi para hacerme daño.
Y por qué ahora me siento así?
Porque hace poco viví una situación parecida a cuando tenía 11 años donde me sentí muy herida. Y cada vez que me siento herida se activa mi programa de acción-reacción con herida-cápsula. Es decir cada vez que me siento herida, me encierro después en mi cápsula. Tiene que ver con la historia del molino y el campo de trigo que contaba en la anterior entrada: Una y otra vez cojo el mismo camino para llegar al molino.
Este camino no me gusta, no me gusta sentirme sola, ni aislada, sin embargo por el momento mi cerebro no ha encontrado otra solución.
Pero pega esta solución que me sirvió cuando era jovencita en este momento de mi vida?
Es esto lo que quiero para mi ahora?
La respuesta a ambas preguntas es NO!
Pero honestamente ahora no tengo la energía ni las ganas de salir de mi cápsula, socializar, hacerme la simpática cuando no tengo ganas de serlo, ni de hablar solo para llenar los silencios.
Por lo menos hoy he hecho como diría Thomas, un update de mi sistema. Es decir una actualización de mi programa… continúo en mi cápsula pero he hecho una pequeña variación. Hoy a diferencia de los otros días, os escribo fuera de mi hermética casa…
Hoy os escribo desde la terraza del Capuchino de Portals y me siento acompañada por un sol espectacular, de primavera, casi voy en manga corta. Este invierno está siendo especialmente templado en Mallorca y yo lo disfruto mucho muchísimo.
Estoy sentada en primera línea de la terraza a medio camino entre el sol y la sombra, sobre la mesa tengo mi nuevo ordenador portatil y mi caffelatte con caramelo, cerca pasan los coches, justo acaba de pasar un Ferrari negro rugiendo y al fondo veo los barcos , el mar y un cielo azul brillante. Desde aqui os escribo esta entrada.
Pero volvemos al tema… para mi es muy difícil cambiar mi programa, es decir salir de mi cápsula, y a pesar de intentar cambiarlo muchas veces, no he podido. Por eso esta vez voy a intentar aprender más cosas sobre mi cápsula y empezar a ver los beneficios:
Por ejemplo cuando estoy sola tengo mucho espacio para mi, para poder escribir, pasear, estar al sol.. llorar, reír, no tengo que confrontarme con discusiones, peleas, niños caprichosos… etc. Pago un precio alto, pero también tengo beneficios.
Por eso como dice Thomas a veces no se trata de cambiar el programa sino de hacer un update, una puesta al día y añadir una salida nueva, una conexión nueva, algo así como añadir un tramo nuevo al camino, tal vez un paseo por un prado de flores perfumadas antes de llegar al molino?
En mi caso, por el momento voy a dejar de luchar por tener algo diferente a lo que tengo en estos momentos, porque la lucha me desgasta y me he probado muchas veces que mi inconsciente es más poderoso que mi voluntad consciente que quiere salir de mi cápsula sin entender:
Qué sentido tiene este programa?
De que me está protegiendo? Que miedos hay detrás?
Que pasaría si no estuviera en la cápsula? con que me confrontaría?
Es un programa heredado? donde está su origen? de quien lo he aprendido?
Como me ha enseñado Thomas, a veces… EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN.
Qué estoy solucionando con mi sistema cápsula?
Mi cápsula que tantas veces me ha aislado y apartado de la cercanía de la gente que más he querido es también mi solución para protegerme precisamente de la cercanía porque una vez tuve una experiencia donde cercanía y dolor iban juntos….
Y Tal vez esta actitud de aceptación hace que algo cambie… porque justo ahora se acaba de acercar a mi mesa una amiga austríaca que acaba de llegar de Viena para unas mini vacaciones y justo al irse pasan por delante de mi Carlos Moya y su mujer Carolina Cerezuela. Tal vez se trata de dejar de luchar y estar abierta para que la magia suceda.
Esto es todo por hoy amigos.
Desde mi cápsula retransmitiendo para vosotros…. Luisa